miércoles, 27 de febrero de 2013

Somos un ritmo.

Las personas somos ritmo. Somos cada uno un ritmo y cada ritmo, lleva su ritmo. Yo soy ritmo puro y duro, y llevo mi ritmo. Cada día llevo uno distinto, según mis ganas. Y ¿Qué pasa cuando encontramos un ritmo igual al nuestro? Pues nos hacemos melodía. Y cuando el ritmo es todo lo contrario, al final acabamos desafinando. No sé. Las personas somos ritmos, algunas somos ritmos dulces y otras son ritmos agrios, desagrasables. Todos los ritmos podrán tener su punto, supongo. A cada ritmo le gustará uno diferente. Somos ritmos que no se pueden parar ya, no podemos detenernos. Somos imparables y no tenemos impedimentos, seguimos nuestro compás, siempre luchando por al final, convertirnos en música. Ritmo somos y de ritmo estamos hechos. Todos y cada uno de nosotros somos diferentes, y aunque podamos encontrar nuestra mitad, nuestro medio-ritmo, no hay uno igual. Todos somos únicos. Somos especiales, altos, bajos, mágicos, ritmos que agradan al oído y otros también que no. Buscamos ser únicos entre la muchedumbre,hacernos música y deleitar. Deleitar y enganchar, quizás lo hagamos inconscientemente, pero nos pasamos la vida en la búsqueda del nuestro paralelo cero 0. Como ritmo que somos vamos paralizando y a la vez  haciéndonos notar, ningún ritmo quiere ser indiferente. Buscamos.nuestro minuto de gloria como.nuestra sed el agua que bebemos, buscamos ser fruto de segundos y hacer deleitar paladares exquisitos. Buscamos ser música y nos pasamos la vida en esa lucha, y este mundo esta formado por infinitos ritmos, unos mueren a la vez que otros nacen, pero nunca nos quedamos vacíos y todos, todos quedan aquí, porque al nacer somos ritmo y al morir,al fin, somos música.

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