sábado, 22 de febrero de 2014

Nos sobran los motivos.

Este adiós, no maquilla un "hasta luego",este nunca, no esconde un "ojalá",estas cenizas, no juegan con fuego,este ciego, no mira para atrás.Este notario firma lo que escribo,esta letra no la protestaré,ahórrate el acuse de reciboestas vísperas, son las de después.A este ruido, tan huérfano de padreno voy a permitirle que taladreun corazón, podrido de latireste pez ya no muere por tu bocaeste loco se va con otra locaestos ojos no lloran más por ti.Esta sala de espera sin esperanza,estas pilas de un timbre que se secó,este helado de fresa de la venganza,esta empresa de mudanzas,con los muebles del amor.Esta campana muda en el campanario,esta mitad partida por la mitad,estos besos de Judas, este calvario,este look de presidiario,esta cura de humildad.Este cambio de acera de tus caderas,estas ganas de nada, menos de ti,este arrabal sin grillos en primavera,ni espaldas con cremallera,ni anillos de presumir.Esta casita de muñecas de alcana,este racimo de pétalos de sal,este huracán sin ojo que lo gobierne,este jueves, este viernes,y el miércoles que vendrá.No abuses de mi inspiración,no acuses a mi corazóntan maltrecho y ajadoque está cerrado por derribo.Por las arrugas de mi vozse filtra la desolaciónde saber que estos sonlos últimos versos que te escribo,para decir "condios" a los dosnos sobran los motivos.Este museo de arcángeles disecados,este perro andaluz sin domesticar,este trono de príncipe destronado,esta espina de pescado,esta ruina de Don Juan.Esta lágrima de hombre de las cavernas,esta horma del zapato de barbazul,que poco rato dura la vida eterna,por el túnel de tus piernas,entre Córdoba y Maipú.Esta guitarra cínica y dolorida,con su terco knock knockin' on heaven's door,estos labios que saben a despedida,a vinagre en las heridasa pañuelo de estación.Este Land Rover aparcado en tu puerta,la rueca de Penélope en el Luna Park,estos dedos que sueñan que te desnudan,esta caracola viudasin la pianola del mar.

jueves, 13 de febrero de 2014

¿Rendirme? Jamás.

Como siempre, y como en todo. Y como a todos. Todos alguna vez vamos a tener ganas de perder las ganas y rendirnos de una vez, todos nos cansamos, nos aburrimos. Nos hartamos de jodernos. Nos consumimos, nos quemamos y queremos terminar. Todos alguna vez nos hemos quejado de que no podemos más, de que seguir se ve imposible, y de que las luces se han apagado y la función se ha terminado. Pero que va. Rendirse es de cobardes señores. De auténticos cobardes. Siempre hay que echarle narices a lo que se presente, y seguir. Seguir sin dudar, sin mirar atrás, y comerse los miedos. No dar a nadie el gusto de vernos hundidos. Yo desde luego, me he dejado ver tocada. Hundida jamás. Jamás. Porque antes que nadie y ante todos, lo primero soy yo. Y los míos. Hay veces que hay que darse cuenta de que todo el mundo adora su ombligo, los demas ombligos se la sudan... Aquí todos van a anteponer su mierda a la de los demás y es así. Más de uno deberíamos aprender lo que hay y hacerlo, pero no todos somos iguales al fin y al cabo. A veces me jode, la mayoría me alegro. Decepción tras decepción acabas aprendiendote el juego, acabas sabiendo por quién tienes que apostar y con quien no tienes que perder tu tiempo, que al fin y al cabo es lo que te apuestas, y lo único valioso. Lo único que pasa y no perdona, ni espera, ni se regala. Ya nadie regala su tiempo, la vida va deprisa para pararse a regalarlo, es totalmente cierto, quizás por eso hay que saber con quién emplearlo. He caído mucho ultimamente, pero que no se diga que no he vuelto a levantar, porque yo cada vez que me levanto, apoyo firme, más firme que la última vez. Nunca va a ser la última vez. Siempre volveremos a caer, la vida es así, pero una vez que se es consciente, el truco es jamás rendirse. Simple, ¿No?