Últimamente, ni gano ni pierdo. No tengo ilusiones, ni vivo con emoción. Me falto a mi misma y mi paciencia se acaba. La gente lo llamaría "mala racha".. Si, pero no es una mala racha,porque no tengo yo la culpa. Ya sé que cuando todo es demasiado bonito.. traerá cola, y no será precisamente buena. Me han enseñado a no acostumbrarme demasiado a todo. Porque todo se acaba, ya sea verdadero o no, todo llega a su fin. Me han enseñado que no todas las miradas bonitas son verdaderas, y que no puedo darlo todo a la nada, y quedarme sin nada después de darlo todo. ¿Dónde están las palabras que pronunciabas? Já. No sabes ni lo que dices, no sabes querer, y así no vas nada bien.
A nadie le gusta aprender a base de porrazos, a nadie. Pero así he aprendido yo, y no me he muerto. He caído, y he vuelto a caer. Pero sabía que después siempre me iba a levantar. Si, yo he tenido miedo, estado con la mierda hasta el cuello, estaba acojonada perdida, y de mi misma, que es mucho peor que que alguien te acojone.. Pero me he tragado los miedos, los he hecho desaparecer.. He tragado con mucho egoísmo, y me he reído de mis ingenuidades, por no llorar, claro. He aprendido a pensar primero en mi, y en los que me dan sin afán de recibir, que en los que van por el mundo a su bola, sin pensar en los demás. Esa gente me da pena, porque el egoísmo puede no acabarse nunca, pero la paciencia del que lo aguanta,siempre tiene un límite.
Concluir con algo.. Bueh. No se concluye hasta que no se escarmienta, hasta que "no se cae del burro" como diría mi madre. Dicen que ojos que no ven,corazón que no siente. Y hoy se que puede ser muy cierto, porque hasta no ver, no creer, y mejor tampoco sentir. Hay imágenes que duelen, segundos que se hacen años, pero cuando recuerdas tu fortaleza en ellos, sientes en ti que has crecido, que has sido fuerte, que has jugado sin miedo de perder y has acabado ganando. Hoy creo que puedo decir, que de lo que hace una semana me hacía débil, ya poco me afecta. Me duele, pero me duelen los recuerdos,porque ahora ya no son momentos. Se podría decir, que acostumbrándome al dolor, me he creado cierta indiferencia. Porque yo siempre voy a seguir teniendo millones de sonrisas para dedicar, faltaría más.
Si tengo que poner malas caras, y me apetece, las voy a poner. Yo no tengo que disimular, yo sé perfectamente como actuar, y nadie me va a parar, nadie me va a hacer sentir mal por ello. Estoy harta de que me digan lo que tengo o debo hacer. ¡qué no! ¡qué es mi vida y mando yo! Si no te parece bien,te lo aplicas a la tuya, pero yo sé muy bien por donde piso. La experiencia tenía que servir para algo. Y todos los errores de los que he aprendido, a algún puerto me tenían que llevar. Y ahora me toca desembarcar. O empezar de cero, como lo queráis llamar. Ya van unas cuantas veces ¿Eh? Soy veterana en esto. Pero bueno, me he acostumbrado, se puede llamar negatividad, pero será temporal, no me preocupo.
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