Ya nada es como antes, las cosas cambian, cambian las calles, y cambian los sentimientos, nosotros crecemos, mientras otros envejecen, aunque al fin y al cabo, todo sea sumar años. Los días siguen subiendo, o bajando en el calendario, depende de por dónde lo mires, y yo sigo pensando qué hacer, si vale la pena hacer lo mismo, una vez más, para volver a caer..
Antes pensaba que todo era posible, y que yo podía con todo, y aún puedo, pero a veces me fallo al no pensarlo. No me parece ni bien ni mal, y ese es el problema.
El problema está en que ya nada tiene la suficiente importancia, y lo que la tiene, deja de tenerla por las pocas ganas de luchar que tengo últimamente.
Últimamente me fallo a mí misma casi a diario, y yo a esto le llamo mala racha.. Pero se supone que las malas rachas tienen un tope, un fin, un final, y no lo encuentro, y no sé como podría pararle los pies. Quiero que en vez de pararle yo los pies a esto, nadie me los pueda cambiar a mí, sé que puedo, pero no sé cuándo aún..
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