domingo, 26 de junio de 2011

Beberme hasta las copas de los ÁRBOLES.


-Venga va, ¿y ahora qué?

Y de verdad consideras esto normal (?). Yo es que quizás dejé de considerarlo normal el primer día que te vi. Vas y vienes pero chico, no te detienes. Yo no me pongo límites a mi misma, pero sin querer los tengo. Mi paciencia se ha agotado, y es una pena, pero ya es tardísimo, y no puedo hacer absolutamente nada. Ya no obtendrás respuestas, ya me cansé de las tonterías, de tus olvidos, quizás me equivoque, pero si es así , quiero hacerlo. Ya me cansé de no saber nada, de esquivar los besos, de enfadarme sin ni siquiera tenerlo claro, de no saber nada de seguro, y vale, no soy previsible, y no me gusta que los demás lo sean conmigo, pero tú has sobrepasado los límites, te has pasado de rosca. Has tirado de la cuerda hasta yo ya no poder más. Vale que yo tenga gran parte de la culpa, pero en la mitad de mi culpa, ya estás tú. Tan bien nos parecía todo, que no queríamos ver lo que pasaba, o bueno, quizás era yo la que no quería hacerlo. Pero ya pasó, y por más que vengas y me digas tal y cual, por más que me llames, por más que hagas, ya no es una sorpresa, ya no me sorprende, ya no quiero tampoco que me sorprenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario