lunes, 30 de mayo de 2011

Todo se olvida.

-El sigue ahí. Pero si, sólo en el país de los RECUERDOS.

Ella, hábil cortesana,dama impecable de esa, su alta sociedad, de su corte dorada. Y baila, y se ríe, y echa hacia atrás la cabeza y cascadas de pelo y perfume, y de nuevo, su risa. Y otra vez, otra vez tú. Pero no teníamos que volver a vernos... Y siento todo mi dolor. Lo que no sé, lo que no he vivido, lo que ahora me falta. Para siempre. ¿Cuántos brazos te han estrechado para convertirte en lo que eres? Cuánta razón tienes. Qué cierto es. ¡Qué importa! Al fin y al cabo, ella no me lo dirá, por desgracia. Por eso me quedo en silencio, y la miro.Pero no la encuentro. Entonces voy a buscar esa película, en blanco y negro, que ha durado dos años. Toda una vida. Esas noches pasadas en el sofá. Lejos , sin conseguir darme una explicación. Arañándome las mejillas, pidiendo ayuda a las estrellas. Fuera, en el balcón, fumando un cigarrillo. Siguiendo después ese humo hasta el CIELO, arriba, más arriba, más aún... Allí, dónde precisamente, habíamos estado nosotros. Cuantas veces he nadado en ese mar nocturno, me he perdido en ese cielo azul, llevado por los efluvios del alcohol, por la esperanza de encontrarla otra vez. Arriba y abajo, sin tregua. Por Hydra, Perseo, Andrómeda... Y abajo, hasta llegar a Casiopea. La primera estrella hacia la derecha, y después todo recto, hasta la mañana. Y otras muchas. Y a todas les preguntaba: "¿¡La habéis visto!?" Por favor... He perdido mi estrella. Mi isla que no existe. ¿Dónde estará ahora? ¿Qué estará haciendo? ¿Con quién? Y a mi alrededor, ese silencio de estrellas entrometidas. El ruido molesto de mis lágrimas agotadas. Y yo, estúpido, buscando y esperando encontrar una respuesta. Dadme un porqué, un simple porqué, cualquier porqué... Pero qué idiota. Ya se sabe. Cuando una amor se acaba, se puede encontrar todo, excepto un porqué .

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